Patricio Bernedo Pinto
Pontificia Universidad Católica de Chile – Chile
1. ¿Qué interés y qué desafíos presenta una historia de los medios en América Latina?
El interés para nuestro continente radica en que los medios de comunicación han sido actores relevantes de nuestra historia, especialmente desde el inicio de los períodos de independencia nacionales. Evidentemente han pasado por distintas etapas, pero siempre han buscado su lugar en el denominado espacio público, en la discusión pública. Han compartido este espacio con otros actores (políticos, sociales, culturales, económicos, religiosos, científicos, entre otros), pero sobre todo han buscado influir en nuestras sociedades y también lucrar, dependiendo de cada caso. Con esos objetivos han desarrollado estrategias comunicacionales, periodísticas, tecnológicas, comerciales y empresariales. Han definido sus líneas editoriales, sus mensajes y sus públicos, y han intentado generar sintonías con ellos. En este sentido, los medios de comunicación deben ser entendidos como actores sociales que intentan influir en la sociedad, pero que también diseñan sus estrategias de desarrollo con las influencias que la propia sociedad ejerce sobre ellos. Por lo tanto, su relación con la sociedad es dinámica y necesariamente va cambiando.
Tomando en cuenta la centralidad que los medios de comunicación han ido adquiriendo en nuestras sociedades y en el mundo, es posible plantear los siguientes desafíos para la historiografía de los medios de comunicación en nuestro continente. El primero apunta a generar un cúmulo importante de investigaciones que permita integrar y visualizar a la prensa, la radio y la televisión, entre otros medios, como partes fundamentales de un sistema comunicacional continental y mundial. El segundo, que se desprende del anterior, tiene relación con la necesidad de incentivar la realización de estudios históricos comparados, que permitan establecer un diálogo con la comunidad académica internacional y, especialmente, con la latinoamericana.
Desde esta perspectiva, se puede plantear la necesidad de superar los trabajos generales y meramente descriptivos en este campo historiográfico, que pueden ser muy útiles en la entrega de algunos datos relevantes, pero que en general tienden a aislar a los medios de comunicación de las sociedades en las cuales se insertaron, en las cuales fueron actores.
Otro punto importante tiene relación con ir superando ciertos desequilibrios en la disponibilidad de fuentes primarias para la investigación. Mientras que para la historia de la prensa a lo menos contamos con la mayoría de los periódicos que se han editado, en el caso del cine, la música, la radio y la televisión, este tipo de fuentes son relativamente más escasas. Un camino para ir solucionando este problema, al menos parcialmente, es que las Universidades concentren esfuerzos en la organización de archivos especializados en estas materias, y que también estén dispuestas a compartir estos acervos con los investigadores nacionales y extranjeros que los requieran.
Otro aspecto, igualmente importante, es el de ir complementando las perspectivas nacionales que han predominado en nuestro continente, lo que puede lograrse en la medida que vayamos incentivando grupos de investigación que privilegien historias comparadas. No quiero desconocer los avances que se han hecho en este sentido en los últimos años, pero pienso que aún nos falta mucho camino que recorrer en el desarrollo de esta perspectiva.
2. ¿Cómo encararía en la actualidad un proyecto de historia de los medios en América Latina?
Tal como acabo de expresarlo, el primer paso es ir complementando la perspectiva nacional, la mirada de Estado Nacional, con la que en general los historiadores tendemos a analizar los fenómenos históricos. En todo caso, no estoy postulando que esta mirada no sea válida; mi punto es que no es la única, pues los medios tienen también una dimensión de análisis local e internacional.
Un proyecto de historia de los medios en América Latina debiera ser, por su complejidad y extensión, de largo plazo, basado en una investigación de base sólida, rigurosa y monográfica, y estructurado sobre preguntas y problemas que integren las dimensiones de lo local, lo nacional y lo internacional. En la medida que vayamos construyendo una perspectiva basada en problemas historiográficos compartidos, podremos generar una historia de los medios de comunicación en América Latina verdaderamente comparada.
3. ¿Es posible escapar a las “Historias nacionales” en este campo?
Pienso que es posible y además necesario. Mi punto al respecto, es que el desarrollo de los medios de comunicación debe ser analizado en un movimiento histórico que se inserta a lo menos en tres dimensiones, no excluyentes: la del Estado Nacional, que permite analizar especialmente a los medios que tenían precisamente una cobertura nacional; la internacional, que posibilita detectar la adopción o adaptación de modelos editoriales, publicitarios, comerciales y también ideológicos, provenientes de otros países; y una dimensión regional y local, que facilita entender las dinámicas de los medios en un ámbito más acotado, pero menos abstracto y general que los casos anteriores, y en todo caso mucho más rico en las variables concretas de cada localidad y región. Por lo tanto, pienso que analizar la historia de los medios incorporando estas tres dimensiones puede enriquecer enormemente la profundidad y la extensión del análisis histórico de los medios de de comunicación y, sobre todo, posibilitar la ejecución de historias comparadas en nuestro continente y en el mundo.
Patricio Bernedo Pinto es Doctor en Historia y se desempeña como profesor de la Escuela de Periodismo y del Instituto de Historia de nuestra universidad. Su labor docente y de investigación está centrada en la historia económica de Chile, especialmente en los siglos XIX y XX. Actualmente se desempeña como director de este Instituto. Entre sus publicaciones se encuentran “La Prensa durante la Unidad Popular y la destrucción del régimen democrático” (2003), “Nacimiento y desarrollo de la prensa periódica nacional en América Latina, siglo XIX” (2004) y “Balance de la Historiografía de las Comunicaciones en Chile” (2004). |