Diferencia entre revisiones de «Guía Heraldo del cinematografista»

Revisión de 11:37 24 abr 2015

Reseña

La guía Heraldo del cinematografista fue publicada por primera vez en el año 1953, continuando la línea inaugurada en la década de 1920 por la Guía El Indicador y retomada en la década de 1940 por la Guía Cine Prensa.

Se trata de una guía de direcciones, teléfonos y otros datos de interés sobre el mundo cinematográfico. En sus páginas encontramos información sobre las oficinas públicas y las entidades privadas dedicadas al cine, el listado de cines y cine-teatros de todo el país (a veces con los nombres de los propietarios, el número de butacas y el equipamiento de la sala), los datos de las distribuidoras, productoras y estudios y laboratorios. Incluye también un listado de diarios, periódicos, revistas, programas radiales y televisivos especializados o con columnas de cine, con la mención de los periodistas que se desempeñan en ellos. Por último, incluye un listado de empresas y particulares dedicados a rubros afines: alquiler de equipos de proyección, venta de equipos de sonido, reparación de butacas, contratación de combinadores, provisión de carbones y lentes para proyectores, la provisión de golosinas para salas, entre otros.

La guía incluye también información sobre cines y distribuidoras de Uruguay y Paraguay, y a partir de 1963, también Bolivia. El slogan de la publicación era "Todos los datos necesarios, ninguno de los innecesarios".

A través de las ediciones es posible notar las transformaciones que se producen en el campo cinematográfico argentino. Por ejemplo, en las primeras ediciones es notoria la presencia de la Iglesia católica, con organismos dedicados al cine (la Agrupación C.I.N.E., la Organización de Espectáculos Parroquiales, la Dirección de Cine y Teatro de la Acción Católica Argentina) y numerosas salas parroquiales en todo el país, que aparecen listadas como cines comerciales. En la década de 1960, en cambio, aparecen entradas específicas para los festivales cinematográficos, los cineclubes y las salas independientes, tomando nota de la creciente importancia de los espacios de exhibición alternativos.

La publicación de los nombres de los propietarios de productoras, distribuidoras y salas permite reconstruir la trayectoria de numerosos emprendimientos, más allá de los cambios de razón social, que en muchos casos eran frecuentes. Los cambios en la cantidad de butacas de las salas de una edición a otra son un indicador de la existencia de trabajos de remodelación. Por supuesto, la variación en la cantidad de salas de una edición a otra brinda información sobre el proceso de cierre de cines que comienza a darse a fines de la década de 1950 y continúa durante las tres décadas siguientes. En la edición de 1968 se mencionan también los circuitos conformados por la agrupación de salas.

Las guías cinematográficas resultan un insumo imprescindible para la reconstrucción de la historia del cine en Argentina. En este sentido se destaca la Guía Heraldo del Cinematografista, dada la continuidad que tuvo su publicación. Lamentablemente, los repositorios públicos poseen pocos ejemplares, que principalmente están en manos de coleccionistas privados.

Ficha técnica